En medio de los rumores sobre la posibilidad de renuncia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo hoy que en Egipto "se está haciendo historia" y afirmó que "una nueva generación levanta la voz para ser escuchada".
En el discurso que dio hoy en Marquette, en Michigan, Obama afirmó que su país hará "todo lo que pueda para garantizar una transición ordenada hacia la democracia y que apunte a elecciones libres". “Seguimos muy de cerca los acontecimientos en Egipto y tendremos más cosas que decir a medida que se vayan desarrollando”, manifestó.
Obama se dirigió además a los jóvenes de Egipto, que alimentaron manifestaciones masivas en El Cairo, diciendo que Estados Unidos hará todo lo que pueda para garantizar una auténtica transición a la democracia en el país árabe. "Lo que está absolutamente claro es que estamos viendo la historia en marcha. Lo que está sucediendo es un momento de transformación, porque el pueblo de Egipto pide un cambio", concluyó.
Obama anunció que Estados Unidos iba a condonar 1.000 millones de dólares de la deuda que tiene Egipto con ese país, que en total asciende a 3.600 millones de dólares. El Gobierno egipcio acogió hoy con satisfacción el anuncio de Estados Unidos de que condonará 1.000 millones de dólares de la deuda bilateral, aunque algunos expertos económicos calificaron esa y otras medidas como insuficientes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció anoche una serie de medidas para apoyar la economía egipcia, que se está recuperando del impacto que representó la agitación social vinculada con la rebelión que puso fin al régimen de Hosni Mubarak, informó Efe.
Obama anunció que Estados Unidos iba a condonar 1.000 millones de dólares de la deuda que tiene Egipto con ese país, que en total asciende a 3.600 millones de dólares.
También anunció que otorgaría las garantías suficientes para que Egipto puedan obtener en el mercado de deuda 1.000 millones de dólares adicionales para financiar proyectos de infraestructura y fomento del empleo.
Ahmad al Saman, consejero de información del primer ministro egipcio, Esam Sharaf, dio la bienvenida a esos anuncios de Obama al considerar que permitirían cubrir las necesidades para fomentar el desarrollo del país.
Con ese respaldo de Estados Unidos y otros de la Unión Europea, agregó Al Saman, Egipto podría contar con fondos para contribuir el avance de su economía y promover proyectos que permitan mayores oportunidades de empleo.
Al Saman se hizo eco de la fuerte bajada del sector turístico, uno de los pilares de la economía egipcia, que ha tenido un brusco descenso respecto de los niveles del año pasado por la agitación social que se vivió durante la reciente rebelión popular.
Expertos económicos, sin embargo, consideraron como insuficiente la asistencia prometida por Estados Unidos, y recordaron que quien se endeudó fue el régimen anterior, dirigido por Mubarak, que renunció el 11 de febrero pasado.
"Mil millones es nada, esperábamos una cancelación total de la deuda", declaró al diario gubernamental Al Ahram la economista del Forum de Investigaciones Económicas Nadia Belhaj.
Samir Soleiman, por su parte, profesor de Economía Política de la Universidad Americana de El Cairo, recordó, no obstante, que la deuda condenada "no es de los egipcios".
"Esta deuda (...) es el resultado del apoyo de Estados Unidos a un régimen dictatorial que, a cambio, despilfarró los fondos", agregó.
La entrega de créditos por parte de Barack Obama a países árabes como Egipto y Túnez, a través del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pretende endeudar las economías de esos países para sacar de la crisis a Estados Unidos.
Así lo asegura el historiador Omar Galíndez, quien además destacó que el supuesto plan de ayuda para Oriente Próximo y el Norte de África está relacionado con el viejo Plan Marshall creado por Franklin D. Roosevelt para "ayudar" a Europa luego de la segunda Guerra Mundial.
Este plan, que contempla varios millones de dólares de ayuda económica a Túnez y Egipto, tiene como objetivo, según Obama, que el pueblo de esas regiones logre el tránsito hacia las reformas democráticas.
El Plan Marshall, ejecutado entre 1950 y 1940, intentó norteamericanizar la economía europea, para rendirlas a sus pies y lograr acuerdos comerciales económicos, políticos y estratégicos en beneficio de los Estados Unidos.
Hosni Mubarak, un inamovible líder que gobernó Egipto durante casi 30 años, finalmente se encontró con una fuerza irresistible: su propio pueblo.
En un par de lacónicas oraciones, su vicepresidente, Omar Suleiman, declaró el viernes que el líder de 82 años había renunciado, 18 días después del inicio de las masivas protestas contra su Gobierno.
Egipto estalló en júbilo, en una abierta humillación para un hombre que siempre se presentó como una figura paterna benigna e incansable que protegía la estabilidad de su país y trabajaba para el bienestar de su pueblo.
Su caída, bajo una feroz presión de manifestantes pro democráticos en todo Egipto, aparentemente fue orquestada por el Ejército después de que perdió la confianza en su capacidad de resistir al movimiento.
El ex jefe de la fuerza aérea, que según funcionarios viajó al centro del Mar Rojo Sharm el-Sheikh con su familia más temprano, había prometido no huir de Egipto y "morir en su tierra".
En muchos aspectos, su caída tiene muchas similitudes con la del ex presidente tunecino Zine al-Abidine Ben Ali, que escapó de su país el mes pasado, aparentemente luego de que su Ejército se negó a reprimir las manifestaciones que demandaban su alejamiento del poder.
Severamente confiado y ocultando todo atisbo de duda, Mubarak nunca pareció percibir el profundo odio popular que generó en estos 30 años.
En un último intento desesperado por eludir lo inevitable, entregó sus poderes a Suleiman el jueves, pero se negó a renunciar antes de la elección presidencial de septiembre. Su mensaje tuvo un tono condescendiente que enfureció aún más a los manifestantes
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, renunció a su puesto este viernes y le entregó el poder a las Fuerzas Armadas.
El vicepresidente, Omar Suleimán, dijo en una declaración por la televisión pública este viernes por la tarde que se tomó la decisión "por las difíciles circunstancias que atraviesa el país".
"En el nombre de Dios misericordioso y compasivo, ciudadanos, durante estas muy difíciles circunstancias que atraviesa Egipto, el presidente, Hosni Mubarak, decidió abandonar su cargo de presidente de la república y encargó al alto consejo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país. Que Dios ayude a todos", fue la declaración que leyó el vicepresidente por televisión.
El anuncio fue recibido con euforia en la plaza Tahrir de El Cairo, centro neurálgico de las protestas de las últimas semanas, y en otras ciudades egipcias donde los manifestantes siguen concentrados.
Poco antes, Mubarak y su familia habían abandonado la capital hacia su residencia de invierno en la localidad turística de Sharm el Sheikh.
Cientos de miles de manifestantes siguen reunidos en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, así como en las ciudades de Alejandría y Suez.
18 días de furia
Mubarak llevaba tres décadas en el poder.
Inspirados por los disturbios de Túnez, miles de egipcios inundaron las calles de la capital desde el 25 de enero para protestar por la pobreza, el desempleo y la corrupción.
El presidente Mubarak destituyó a su gobierno y prometió una reforma democrática. Sin embargo, sus acciones no lograron contener las protestas.
Las autoridades bloquearon el acceso a las redes de internet y telefonía móvil, pero los manifestantes no se dieron por vencidos. Los disturbios se extendieron a Alejandría y Suez.
La revueltas dieron lugar a violentos enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad que dejaron al menos 300 muertos y miles de heridos, según evaluaciones de agencias internacionales.
Los partidarios de Mubarak también salieron a la calle y hubo algunos enfrentamientos violentos con grupos opositores al presidente.
El pasado 1 de febrero Mubarak ofreció no buscar la reelección en los comicios planeados para septiembre de 2011.